Más de 1.600 taxis hacen ruta a diario por las calles de Las Palmas de Gran Canaria para atender la demanda de transporte de los visitantes y residentes de la ciudad. Algunos se reúnen en las 42 paradas de las que dispone la capital grancanaria a la espera de clientes, mientras que otros circulan por las calles hasta que alguien levanta la mano para solicitar sus servicios. Se trata de un oficio con gran flexibilidad horaria que, al mismo tiempo, garantiza la estabilidad económica de quienes lo ejercen, y eso es lo que seduce a muchos profesionales de otros sectores que acaban dando el paso de adquirir una licencia de taxista, posponiendo o apartando definitivamente sus ocupaciones anteriores.
Camareros, representantes comerciales, mecánicos o publicistas son solo algunos de los trabajos que meciona el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos del Taxi de la Provincia de Las Palmas (ATAT), Jean Charles Chabot, cuando asegura que hay taxistas que han ejercido en «prácticamente todo, en todos los trabajos que uno se pueda imaginar».



